lunes, 31 de julio de 2017

Expectativas Vs. Realidad cuando emigramos

Emigrar, como muchos aspectos de la vida y la cotidianidad, requiere de planificación, preparación y ejecución, donde ha sido necesario plantearnos diferentes escenarios, y sin duda, en ocasiones, la realidad no se parece a ninguno de las hipótesis que nos realizamos.  

Al igual que la maternidad, el proceso migratorio suele idealizarse por distintos motivos: experiencias de "exitos" de amigos y conocidos, exceso de positivismo y confianza en la suerte y la buena fortuna, la creencia de ser merecedores de situaciones mejores, y otros pensamientos que superan la realidad de nuestra situación.

Pensar erróneamente que todos los problemas que enfrentamos se van a solucionar al emigrar, que las cosas urgentes y necesarias se van a resolver por si solas y lo mas grave, suponer que nos están esperando en el país a donde decidimos partir y que todo lo que imaginamos va a suceder por arte de magia y sin esfuerzo, son pensamientos que nos ponen en situación de riesgo del proceso migratorio.  ¿Por qué la creencia que lo que necesitamos: salud, educación, empleo, vivienda, tiene que ser más fácil por el hecho de ser emigrantes?  ¿Que nos hace pensar o creer en la inmediatez de los procesos y de nuestros deseos y necesidades? 


Siendo determinante la manera como, durante nuestra vida hemos afrontado este tipo de hechos, podemos pensar que de la misma manera manejaremos nuestras espectativas vs. la realidad durante un cambio de país de residencia.

Vanessa Agelvis, Psicologa, madre y emigrante, escribe sobre este tema de las Espectativas Vs. La realidad del emigrante.




Antes de hablar de migración, considero que las expectativas y la realidad se experimentan en muchos aspectos de la vida. ¿Qué expectativas has tenido en la vida y que tan cerca has estado de ellas?

El ser humano experimenta las vivencias en general comparándolo con una idea preconcebida. Por lo general la experiencia se aleja de la idea y se percibe como algo negativo.

Esto puede jugar de forma contraproducente. Aplica para un proceso como el migratorio.
Empecemos por preguntarnos: ¿Cuál es la razón que me lleva a tomar la decisión de emigrar?

De lo que reflexionemos dependerá que tan flexible vayamos a ser frente al proceso migratorio.

Algunas razones por las cuales la gente emigra de país:
  • Aventurarse a vivir en el exterior.
  • Oportunidad laboral.
  • Desarraigo.
  • Huir.
  • Catástrofes naturales.
  • Por imitación o moda.


Otro punto importante es explorar la razón que te lleva a emigrar:

  • Ganar seguridad
  • Obtener trabajo.
  • Ganar dinero.
  • Mejorar condiciones y calidad de vida
  • Buscar oportunidades de acceso al bienestar.



Cada una de estas razones son respuestas válidas para emigrar, más el proceso es más profundo ya que no es solo adaptarte al nuevo país sino no también soltar tu país de origen.

Cuando hablo de soltar el país de origen hablo del APEGO Y EL ARRAIGO. Cada persona tiene asumida la cultura en la que creció, a todo aquello no verbal aprendido que te da no solo sentido de pertenencia sino te da un punto de comparación de donde estas parado; esto se mezcla dentro de lo que es el arraigo que va ligado del apego y las raíces que constituyen a la estructura del ser humano, que al emigrar todo lo conocido, todo lo establecido como bueno o malo se pierde dentro de la nueva cultura.

Y eso es algo que solo cuando se vive, te das cuenta que tan profundo es tu arraigo y tu apego a lo que tú conoces, a tus creencias, a tu cultura es decir a todo lo que te representa.
Y esto indistintamentede cual haya sido tu razón para emigrar, todo persona que ha vivido la experiencia de emigrar, ocurre un desapego físico más no emocional, lo cual, en mucha ocasiones desestabiliza a la persona lo que hace que el norte se vuelve inestable.





¿Cómo pasa ésto?

Ya que necesitas aprender el CÓMO, el cómo son los procesos, el cómo se comunica la gente, el cómo funciona el sistema, el cómo socializa la gente, etc.

Esto produce un abrumo o una sobresaturación a nivel mental y como mecanismo de defensa y forma de aprendizaje, que es lo primero que hace la persona, es compararlo con lo conocido, y muchas veces este proceso en vez de ayudar al aprendizaje lo que hace es desarrollar una resistencia a él CÓMO, ya en su mayoría en defensa a lo que no conozco se tiende a rechazar. Es por ello que es “normal” que las personas tiendan a retraerse, tengan ganas de dormir más de lo normal, buscar socializar solo con compatriotas, a fin de evitar procesar la experiencia que estás viviendo.

¿Qué herramientas necesito frente a este nuevo mundo?

·         No hay bueno un malo, solo diferentes formas de hacer las cosas.
·         Entre más resistencia coloques más distancia y apego sentirás de la tierra que dejaste.
·         Busca aceptar el CÓMO de forma de respeto a la cultura del nuevo país.
·         Permitir reconocer la nostalgia.

¿Qué herramientas necesito para soltar mi país de origen?


Cuando se emigra y entras en esta polaridad de la expectativa y la realidad genera emociones encontradas, y el aprender a reconocerlas, aceptarlas son la clave para que puedas surgir y crecer de la experiencia tan enriquecedora como lo es emigrar. Más allá que aprendas una nueva forma de CÓMO, surge un nuevo YO.  Para resaltar dentro del sistema te toca pulir todas tus habilidades y desarrollar unas nuevas que te llevan al aprendizaje de que es necesario soltar para avanzar. 


Aporte de Psicóloga Vanesa Algevis @vanessaalgevis 
 / Edición @yosoyinesita

jueves, 13 de julio de 2017

Vacaciones. La Creencia del Plan Vacacional



Por este lado sur del globo llegan las Vacaciones de Invierno y mucho nos han preguntado qué planes o colonias hay para los niños, qué hacer para entretenerlos y cómo divertirlos y no morir en el intento.

Nos pasa lo mismo y no sólo en invierno; también en verano, Pascuas, carnavales y días feriados cuando hay puente o fines XXL.

Planes hay muchos en Buenos Aires y gran parte de Argentina. Gratis, pagos, económicos, costosos, públicos y privados. De ellos hablaremos más adelante, pero lo que inquieta es la necesidad de establecer planes, agendas, aprovechar las vacaciones de principio a fin y no dejar un lugar sin visitar ni una propuesta sin conocer.

Las vacaciones también pueden ser ratos de ocio, de juego libre, de días sin planes o de actividades cotidianas enfocadas de diferente manera.



Algunas ideas

Hacer de las compras del supermercado un viaje programado para ser aprovechado con los peques donde los involucremos desde el momento de hacer la lista, agarrar los productos de las góndolas y colocarlas en las cinta para pagar. Si mantenemos una onda relajada, los llevamos descansados, con meriendas y sin las expectativas de que sea una experiencia sin ningún percance, seguro todos disfrutaremos.

Armar un campamento en casa donde se hagan cosas no cotidianas como comer varios tipos de galleta haciendo un picnic en pleno living o sala viendo pelis a alto volumen. Eso seguro nos ocupa medio día, que en vacaciones puede parecer más tiempo.

Permitirse ser flexibles es este periodo puede resultar una valiosa premisa. Desayunar en la cama y luego explorar la habitación en busca de algún entretenimiento no usado recién puede ser el re-descubrimiento del día.

Programar clases de baile o improvisaciones musicales caseras son ideales para involucrar a chicos de varias edades dentro de nuestra propia y con espíritu de fiesta.

La cocina puede resulta una atracción fascinante, si dejamos lo del desorden y la limpieza en otro plano.  Desde revisar los cajones, cambiar de orden algunas cosas, lavar platos, hasta hacer algunas recetas sencillas donde puedan participar los niños de principio a fin.  Es una linda idea improvisar una especie de restaurant y tomar el pedido, poner la mesa, cocinar y servir. Los chicos se siente involucrados y es un juego de rol muy divertido.

Quienes somos madres o cuidadoras sabemos que actividades muy elaboradas toman más tiempo en prepararse que en ejecutarse.




Los imperdibles favoritos

Las clásicas impelables o favoritos de todos los tiempos como dibujar, armar, jugar, construir, moldear, recortar pueden versionarse y hacerlo más atractivo.  Pintar sobre la pared en papel grande y luego hacer una exposición tipo museo, armar solo un tipo de cosas, o jugar con muchos juguetes juntos, hace que el panorama varíe.

Otra propuesta ideal, que enganchará a chicos y de edades variadas son largos paseos en transporte público. Colectivo, tren o Subte, siempre llaman la atención de los chicos. explorar los alrededores, adecuar el momento según la edad, hacer cambios de ruta, dejarlos pagar, tomar meriendas, son parte del plan que puede resultar super atractivo y de paso enriquecedor para los chicos.

Sin duda, estar tanto tiempo en casa con los chicos pone a prueba nuestra paciencia pero también es un reto para la creatividad.

Si somos madres que trabajamos fuera de casa podemos armar estos mismos panoramas para el cuidador principal y proporcionarle todas las herramientas para que junto a los peques realicen estas actividades y más.  Acordar con otras madres en la misma situación y alternar reuniones con los compañeros y cuidadores, representa una alternativa diferente y que divertirá a los peques,



domingo, 2 de julio de 2017

Emigrar no es Mudarse

Emigrar no es lo mismo que mudarse. No lo dije yo. Es una frase de la innovadora y publicista venezolana Gaby Castellanos. Y cuanta razón tiene. Estando claros que las cosas serán bastante diferentes (aunque busquemos lo más parecido a lo que conocemos), tenemos parte de ventaja en el recorrido para un proceso migratorio amable. Así se hable el mismo idioma; los modismos y las formas son necesarios para entendernos. Así estemos en el mismo continente; el clima puede ser muy diferente. Y así, muchas cosas van a cambiar.

 Adaptarnos, para mí, no significa desarraigo. Al contrario, empecinarse en llamar a las cosas como en nuestro país de origen, así no nos entiendan, es terquedad. En casa de mis padres era costumbre familiar dominguera comer sopa, usualmente preparada por mi papá. Poco a poco, a razón de que es cómoda para dar a los chicos y toda la familia, se comen todas las verduras y proteínas sin drama, no hay tanto calor, en casa hemos ido adoptando esta costumbre. Pues bien, hago mi sopa tratando de hacer la mejor versión de ella misma con lo que cuento a mi alrededor. Nunca supe que carne usa mi papá y no me he molestado en preguntar, no sé cuál es el apio ni cual el ocumo, pero sé que acá no se consiguen con facilidad. No le coloco auyama (zapallo), ni yuca (mandioca). El sofrito no lo hago con ají dulce (porque no se consigue), ni con cebollín (cebolla de verdeo), ni ajoporro. Tampoco le pongo pimentón (morrón). Pero si le pongo papa y zanahoria a pesar que en casa de mis padres no le colocan. Mazorca o jojoto (choclo) tampoco.


Mi sopa de domingo, a 7 mil km de casa de mis padres, lleva sofrito de cebolla de verdeo, puerro, apio, morrones y si, también cebolla. La carne que uso es la que vea magra y a buen precio en la góndola del supermercado. Las verduras que uso son zapallo, batata, papa, zanahoria, mandioca y a veces uso choclo. De "monte" solo las hojas del apio y perejil. En serio que puedo hacer una sopa sin cilantro. También sin apio y sin ocumo (ni blanco, ni rosado, ni chino). También puedo sofreír sin ají dulce - aunque al principio me costó y tengo unas semillas para ver qué sale -. Aunque cueste creer, queda bastante aceptable, a mi familia le gusta y hasta la he compartido con amigos y con una buena vecina. No me voy a desgastar preguntando en toda la ciudad por cosas que no son comunes acá, que seguramente cuestan un montón y que me agotarían y quitarían tiempo. Seguramente si hago un trabajo intenso consigo todo lo que lleva la sopa que hace mi papá, todo lo que usaba en mi país de origen, pero ya no estoy allá y adaptarnos es parte del proceso. No solo en el tema de la comida hay que ser flexibles y adaptarse. Hay cosas que por muy divinas que sean, nos gusten muchísimo y nos conecten con nuestro país de origen, no las vamos a conseguir, son costosas o no son iguales. 

Adaptarnos a nuevos procesos y paradigmas y estar abiertos a los cambios es sin duda una cualidad importante que debe tener el emigrante. Reconocer que no sólo se aprende a leer con el libro "Mi Jardín", que se puede desayunar sin arepas, que los niños también nacen sin necesidad de una ecografía mensual y que podemos comer luego de una salida a bailar de noche un trozo de pizza al corte en vez de una perro caliente, nos ayudará en el camino. Pretender conseguir un pediatra, obstetra, odontólogo o cualquier especialista tal y como lo teníamos en Venezuela puede resultar frustrante. Juzgar procesos porque no son iguales como en nuestro país de origen no nos ayuda en este camino que decidimos (en la mayoría de los casos), transitar de forma voluntaria.


Conocer y reconocer que las cosas son diferentes, que de igual forma funcionan, además aceptar que se incorpora a lo que ya conocemos, nuevos patrones y que no tienen por qué sustituir lo ya aprendido, si no, por el contrario nos suma cultura, entendimiento y de paso nos ayuda en el proceso resultando en un buen ejercicio. Como Maminmigrante, con hijos mirando y aprendiendo del ejemplo, es de vital importancia aprender, aceptar e incluir, recordando siempre que en nuestras manos está el acompañamiento de los nuevos Ciudadanos del Mundo. Recuerda siempre que no te mudaste.